LAS COORDENADAS

 

La tecnología digital avanza a pasos agigantados y la inteligencia artificial (IA) generativa se ha convertido en una poderosa herramienta para la educación. Los docentes, enfrentados a desafíos de la didáctica creativa, pueden beneficiarse enormemente de los asistentes de IA para mejorar sus métodos de enseñanza, por lo que en este artículo, vamos a explorar lo que son y cómo funcionan las redes neuronales, la red de relaciones sociales y el impulso de aprender, todo para ser aprovechado y transformar nuestro entorno educativo. 

 

Las redes neuronales, la columna vertebral de la IA generativa, imitan, de alguna manera, los principios del funcionamiento de nuestros cerebros. Estas redes procesan información y generan respuestas basadas en patrones de datos previos (esto puede ser un poco distinto a lo que sabemos de nuestros cerebro, pero sigamos). En el contexto educativo, un asistente de IA que utiliza redes neuronales puede analizar el rendimiento de los estudiantes, identificar áreas de mejora y sugerir enfoques personalizados para cada alumno. Por ejemplo, si a un estudiante se le dificultan las matemáticas, la IA puede recomendar ejercicios específicos que se adapten a su nivel de comprensión y así cerrar el espacio entre lo que sabe, lo que puede aprender y lo que debería dominar según su edad y los estándares escolares.

 

Las redes neuronales son estructuras de computación diseñadas para imitar la forma en que el cerebro humano procesa la información. Están compuestas por capas de nodos, o "neuronas", que están interconectadas. Cada nodo recibe entradas, las procesa mediante una función matemática, y pasa el resultado a otros nodos. Las conexiones entre estos nodos tienen "pesos" que se ajustan durante el entrenamiento del modelo, permitiendo que la red aprenda a realizar tareas específicas como reconocer imágenes o entender el lenguaje. El deep learning, o aprendizaje profundo, es un subcampo dentro del aprendizaje automático que utiliza redes neuronales con muchas capas (de ahí el término "profundo"). Estas redes profundas son capaces de aprender patrones muy complejos y sutiles en los datos. El deep learning ha sido fundamental para lograr avances en áreas como la visión por computadora, el procesamiento del lenguaje natural (la IA generativa) y otros dominios donde los datos son complejos y abundantes.

 

Además, las redes neuronales permiten la creación de contenido didáctico creativo. Un docente puede utilizar un asistente de IA para generar material educativo, como problemas matemáticos o de lenguaje, simulaciones de laboratorio e incluso situaciones prácticas de dilemas éticos. Esto, además de ahorrar tiempo, enriquece los materiales educativos con una variedad de enfoques y perspectivas que pueden captar el interés de los estudiantes y, por qué no decirlo, de nosotros mismos como docentes. La IA, con nuestras instrucciones y planteamientos, puede generar preguntas para elaborar evaluaciones de diversos tipos, como la formativa, o actividades de repaso basadas en el contenido o en las especificidades de los procesos de desarrollo de aprendizaje para la clase, adaptándose a las necesidades de los estudiantes en tiempo real.

 

Por su parte, las redes neuronales digitales se vinculan con la red de relaciones sociales. En el presente, dentro de una comunidad educativa, esta relación es crucial para abordar tanto problemas cognitivos como los que involucran, por ejemplo, diferencias sociales o generacionales. Los asistentes de IA pueden facilitar la comunicación y colaboración entre docentes, estudiantes y padres de familia. Por ejemplo, una plataforma de IA puede analizar las interacciones en un foro de discusión de clase y resaltar temas recurrentes o preocupaciones comunes, permitiendo a los docentes abordar estos temas de manera proactiva. Asimismo, los estudiantes pueden recibir recomendaciones personalizadas de compañeros de estudio o recursos adicionales en línea, fomentando un aprendizaje más colaborativo y enriquecedor.

 

Las redes sociales, antes de la era tecnológica, se referían a las estructuras de relaciones y conexiones entre personas en una comunidad o sociedad. Estas redes se basaban en la interacción cara a cara, la correspondencia escrita, y las reuniones en lugares comunes como plazas, mercados o eventos sociales. Por ejemplo, en un pueblo pequeño, las redes sociales podían estar formadas por familias que se conocían y colaboraban entre sí, donde las noticias y la información circulaban a través de encuentros en la iglesia, en la tienda del pueblo o durante las festividades locales. Estas interacciones construyen lazos y fomentan la cooperación y el apoyo mutuo entre los miembros de la comunidad.

 

El vínculo existente entre las redes neuronales de la IA y las sociales que se establece en el terreno de lo digital o de lo “presencial” no sería relevante en el contexto escolar sin el impulso de aprender, que es un factor determinante en el éxito educativo. Y, precisamente, la IA puede jugar un papel clave en su estimulación. Un asistente de IA puede identificar las áreas de interés de los estudiantes y sugerir proyectos o actividades que los motiven. Por ejemplo, si un estudiante muestra interés en la biología, la IA podría recomendar un experimento doméstico o un documental que enriquezca su aprendizaje. De esta manera, el aprendizaje se convierte en una experiencia más personalizada y atractiva, aumentando la motivación y la retención de conocimientos.

 

La implementación de IA en lo que llamamos la didáctica creativa demanda un enfoque escalonado. Primero, los docentes deben familiarizarse con las herramientas de IA disponibles y comprender su funcionamiento básico (que, por otro lado, se están integrando a las tecnologías sociales que usamos a diario, como Facebook o WhatsApp). Esto puede lograrse a través de talleres de capacitación o recursos en línea o la inmersión directa en las herramientas disponibles.  Luego, es fundamental integrarlas de manera gradual en el aula, comenzando con tareas simples, como la generación de contenido o la evaluación automática, y expandiéndose hacia usos más complejos como la personalización del aprendizaje, la planeación por proyectos, la creación de materiales educativos digitales o, incluso, la conversación con especialistas famosos en línea de cualquier tiempo, como con Einstein o Sor Juana.

 

Con la llegada de la tecnología, especialmente internet y los dispositivos móviles, las redes sociales se transformaron radicalmente. La tecnología digital dio lugar a las plataformas de redes sociales como Facebook, Twitter, LinkedIn, e Instagram, que permiten a las personas conectar y compartir información instantáneamente, sin las limitaciones geográficas de las redes sociales tradicionales. Esto ha hecho que las redes sean mucho más amplias y diversas. Estas plataformas tecnológicas facilitan la creación de comunidades en línea donde los usuarios pueden interactuar mediante mensajes, compartir fotos, videos, y otros contenidos multimedia, y participar en discusiones de grupo. Un ejemplo claro es cómo los movimientos sociales utilizan X, antes Twitter, para organizar eventos, difundir información rápidamente y movilizar a personas alrededor de causas comunes, algo que antes requeriría mucho más tiempo y esfuerzo organizativo. Así, la tecnología no solo ha expandido el alcance y la escala de las redes sociales, sino que también ha aumentado su capacidad de impacto en la sociedad, sin dejar de lado la  faceta educativa.  

 

Un ejemplo concreto de este enfoque es el uso de asistentes de IA para diseñar proyectos interdisciplinarios. Un docente de ciencias podría colaborar con un docente de arte para crear un proyecto donde los estudiantes utilicen herramientas de IA para simular fenómenos naturales y luego representarlos visualmente. Esto no sólo enriquece la comprensión de los conceptos científicos, sino que también fomenta la creatividad estética y, por supuesto, el pensamiento crítico, en la medida que los estudiantes y docentes están en constante evaluación de los resultados, su eficacia y su contenido de verdad.

 

La retroalimentación continua es esencial en este proceso. Los docentes deben evaluar regularmente el impacto de la IA en el aprendizaje y ajustar sus métodos en consecuencia. Las encuestas a estudiantes, la observación directa y el análisis de datos generados por la IA pueden ofrecer una visión clara de cómo estas herramientas están afectando el rendimiento académico y la participación en clase.

 

Finalmente, es importante considerar las implicaciones éticas de la IA en la educación. Los docentes deben asegurarse de que el uso de asistentes de IA respete la privacidad de los estudiantes y promueva la equidad en el acceso a la tecnología. De la misma manera, la transparencia en el uso de datos y cómo se toman las decisiones basadas en IA es fundamental para mantener la confianza de los estudiantes y de toda la comunidad. Inclusive, la evaluación del uso de la IA para fomentar la creatividad didáctica puede ser un elemento a valorar críticamente por la comunidad educativa.

 

Los asistentes de IA tienen el potencial de revolucionar la didáctica creativa en México, permitiendo a los docentes crear experiencias de aprendizaje más personalizadas, colaborativas y motivadoras. Al integrar las redes neuronales, aprovechar las redes de relaciones sociales y fomentar el impulso de aprender, los educadores pueden transformar la enseñanza y preparar a sus estudiantes para un futuro impulsado por la tecnología.

 

 

EL RUMBO DE UN PROYECTO

 

Construir un proyecto interdisciplinario en la escuela involucra la integración de diferentes materias o disciplinas para explorar un tema o problema desde múltiples perspectivas. Veamos una guía paso a paso para desarrollar este tipo de proyectos:

 

  1. Selección del tema:
    • Elige un tema amplio que pueda abarcar múltiples disciplinas (ejemplo: el cambio climático) relacionado con los Contenidos o PDA del programa actual.
  2. Formación del equipo docente:
    • Reúne a docentes de diferentes disciplinas interesados en colaborar (ejemplo: biología, geografía, arte). Esto puede servir como punto de partida o reforzamiento para la conformación del plan analítico de la escuela.
  3. Planificación del proyecto:
    • Realiza sesiones de lluvia de ideas con los docentes para definir objetivos, metodologías y recursos necesarios y decide la duración del proyecto.
  4. Desarrollo de actividades:
    • Diseña actividades que requieran la aplicación de conocimientos y habilidades de las diferentes materias (ejemplo: investigar y mapear zonas afectadas por el cambio climático, crear representaciones artísticas de especies afectadas).
  5. Asignación de roles a los estudiantes:
    • Asigna roles específicos a los estudiantes según sus intereses y habilidades, promoviendo la colaboración y el aprendizaje entre pares.
  6. Implementación del proyecto:
    • Lleva a cabo el proyecto según el plan, facilitando la interacción entre diferentes grupos de estudiantes y supervisando el progreso.
  7. Evaluación continua:
    • Realiza evaluaciones con fines formativos durante el desarrollo del proyecto para ajustar actividades y enfoques según sea necesario.
  8. Presentación de resultados:
    • Organiza una presentación final donde los estudiantes puedan mostrar su trabajo a la comunidad escolar (ejemplo: una feria de ciencias, una exposición de arte).
  9. Reflexión y retroalimentación:
    • Al finalizar el proyecto, realiza sesiones de reflexión con estudiantes y docentes para discutir lo aprendido.

 

CONCLUSIONES

 

La inteligencia artificial (IA) impacta y transforma la educación, permitiendo a los docentes personalizar el aprendizaje mediante redes neuronales que analizan y responden a las necesidades individuales de los estudiantes. Al generar contenido didáctico creativo y liberar a los educadores de tareas repetitivas, la IA promueve una enseñanza más enfocada en el desarrollo cognitivo, emocional y social. Además, facilita una mayor colaboración y comunicación dentro de la comunidad educativa, fortaleciendo las relaciones sociales y fomentando un entorno más inclusivo y efectivo. La adopción creativa de estas tecnologías es una alternativa para mejorar los resultados educativos y, también, para preparar a los estudiantes para un futuro dominado por la IA, asegurando que la educación siga siendo relevante en la era digital.

 

* Francisco Vásquez Ponce es licenciado en letras hispánicas y doctor en literatura, teoría y crítica literarias. Editor con más de 30 años de experiencia en libros educativos, técnicos y literarios; ha pasado de la hechura de libros en papel a textos en línea, de la lectura de manuscritos a publicaciones de libros digitales. Actualmente tiene en elaboración un libro narrativo sobre un joven aspirante a crítico literario, profesión imposible aunque deseable.      

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